martes, 17 de abril de 2001

A LOTINA, FUTURO EX ENTRENADOR DE OSASUNA

No te conozco personalmente pero me caes bien de siempre. No sé, son esas cosas que pasan, ese tipo de personas que te inspiran confianza por su forma de actuar en público, por sus razonamientos, por su sensibilidad. Por eso me da pena que vayas a caer, porque, nos guste o no, caerás. Van a hacer que caigas, en principio, los borregos de la grada. Llegará un momento en que escucharás aquello de “Lotina vete ya, Lotina vete ya, Lotina ve-te-ya" de boca de una gente que, la mayoría, no han llegado ni a tuercebotas, pero que piensan que el pagar les da derecho a gritar lo que les da la gana y, más grave, a juzgar a profesionales.

Los borregos se contagian del mundo de los directivos y al final echan la culpa al que menos la tiene. Y digo esto convencido, porque siempre he pensado que en el mundo del fútbol el entrenador es el que menos tiene que ver en los resultados, si bien tiene su parte de culpa. El míster intenta hacer trabajar entre semana a un futbolista totalmente acomodado por el entorno sin pasarse de la hora y media diaria (si se pasa, la prensa lo refleja como “una dura sesión de entrenamiento”), intenta mentalizar a los jugadores de algo tan evidente como que hay que correr más que el contrario para ganar y para tener contentos a los borregos, e intenta coordinar a los once de corto desde un banquillo desde el cual siente lo que es la impotencia total al no poder pegar él mismo al balón o en sus partes a más de una de sus figuras. Si al final no se triunfa y no hay explicación, dicen que el entrenador no les motiva, frase acuñada por algún psicólogo que no tenía otra cosa en qué pensar los domingos.

Así pues, los borregos te echarán como han echado a muchos. Pero los borregos son tan borregos que, en ocasiones, pasan del intento de asesinato al homenaje y si no que se lo digan a Víctor Fernández o Txetxu Rojo en la vecina Zaragoza, a Ranieri en Valencia o a Van Gaal en Barcelona. Por eso, si aguantas esta mala racha y el equipo empieza a jugar bien, es posible que pasemos del desprestigio personal y profesional total a, por ejemplo, proponerte pasar de ediles y ser quien lance el txupinazo del 2.000. A tu amigo Martín le pasó al revés. Cuando la remontada famosa de hace tres temporadas, los borregos estaban felices al ver al bueno de Enrique gritando desde la banda y todos decían que eso sí que era un entrenador, que había que estar encima de los jugadores y gritarles y motivarles y todo eso. Pero al cabo del tiempo y cuando dejó de entrar el balón la borregada concluyó que Martín, que hacía lo mismo que antes, era un payaso y que no valía para nada. El hombre es, quizá, el ser más olvidadizo de la Creación.

Pero no sólo la grada te puede echar. También está el Presidente y sus Directivos, cargos para los cuales es imprescindible entender muy poco de fútbol y de Deporte en general. Tu Presidente, nuestro Presidente, es un hombre que ha dado más de lo que yo esperaba. Ha demostrado que trabaja como prometió o más y que se pega con cualquiera por defender lo suyo, lo nuestro. Aunque no soy quién para juzgar su labor interna por puro desconocimiento, pienso que lo está haciendo bien. Lo malo es que, al fin y al cabo, es un Presidente de un Club de fútbol y, como todos los Presidentes de Clubs de fútbol, acabará haciéndolo mal. Ya lo hizo mal con Martín, al no permitir que acabara o intentara acabar su ciclo. Y no quisiera ser agorero pero te voy a contar una cosa que no sé si sabrás. Hubo una frase que repitió Miranda tres veces el año pasado:”Con Martín a muerte”, con claro contenido guerrero y de fidelidad hacia tu amigo. Pues a la tercera lo echó, como lo oyes. Y por eso me da miedo tu situación, porque ya ha dicho dos veces que no se le ha pasado por la cabeza prescindir de tus servicios. A la tercera, como le pasó a San Pedro aquella noche, cantará el gallo y tendrás que irte por la puerta de atrás. Además, deberás soportar la vieja teoría que quiere justificar lo injustificable: “El fútbol es así”, algo que dicen todos los Presidentes cuando no les llegan sus conocimientos, cosa habitual, para dar una explicación lógica a los medios y a la afición.

Lo que tiene de bueno tu situación es que en tu equipaje está la famosa campaña de Copa con el equipo de un pueblo y el ascenso de esos mismos once amigos. Si no fuera por eso, si fueras un desconocido, habrías durado menos que un lapo en una plancha. Pero te aguantan porque eres alguien y, por ahora, no se atreve nadie a cuestionar tus conocimientos. Porque me imagino que si fuiste capaz de hacer lo que hiciste en Soria, también tendrás capacidad para hacerlo aquí ya que, en pura lógica, sabrás como mínimo lo que sabías hace un año y seguramente más.

Pues nada, amigo, que tengas toda la suerte del mundo, que corran tus jugadores, que no te coman los borregos y que te dejen trabajar los del palco. No sé si esto más que un deseo es un sueño. De cualquier forma, es mi deseo. Un abrazo.



Josemari Sexmilo
Socio nº 4375
17 de Abril de 2001