domingo, 26 de diciembre de 2004

DESEOS DEPORTIVOS 2005

No es que sea muy original escribir en estas fechas sobre los deseos para el próximo año, pero tampoco hay días mejores que estos. Uno piensa que el Deporte se basa en deseos. Todos los deportistas, entrenadores, directivos y demás especies que rodean al Deporte desean algo para el futuro más próximo; ese ascenso de categoría, ese record, esa victoria, ese sponsor... todos desean algo y, si se consigue, está claro que es a base de trabajo y de ilusión, sobre todo de ilusión.

Para el 2005 se podría pedir muchas cosas. Por pedir que no quede: que Osasuna juegue la UEFA, que los tenistas vuelvan a ganar la Copa Davis, que el Portland gane la Liga, que Marta Mendía salte algo más, que Aimar Olaizola no se canse nunca de jugar, que Zupo no se cabree tanto con los árbitros, que haya más dinero para el Deporte, que Izco solucione lo de las piscinas, que el MRA golee, que los gordos hagan footing, que las chicas del Lagunak no bajen, que se siga haciendo el torneo de fútbol de Tajonar, que la Gabarrús crezca, que la soberbia de Aguirre mengüe, que nos olvidemos de la Virgen del Pilar, que los deportistas millonarios dejen parte de su dinero para el deporte base, que los políticos apoyen esta idea, que la gente entienda a los árbitros, que los famosos miren de vez en cuando a la cara del que les pide un autógrafo, que los futbolistas trabajen más, que los padres entiendan a los entrenadores, que los entrenadores entiendan a los padres, que baje el escandaloso precio de las camisetas, que los deportistas se preocupen sólo del deporte, que no vuelva Simeone, que clonen a Julián Retegui, que no beban alcohol los directivos en el palco, que el Depor alinee a algún gallego, que Induráin hable un poco más, que triunfe el trabajo de la cantera, que aparezcan muchos sponsors, que se respete a los ciclistas, que las mujeres cobren igual en premios que los hombres y que, en resumen, todo aquel que haga Deporte se sienta feliz por hacerlo, por participar de una cultura sana, solidaria y generosa.

Ah! Se me olvidaba: que los deportistas que compiten sean antes personas que jugadores. Y buenas personas, claro.

Feliz 2005.


Josemari Sexmilo
26 de Diciembre de 2004
Publicado en Diario de Noticias (3 de Enero de 2005)

domingo, 5 de diciembre de 2004

UN G-3 VALIENTE EN TODAS SUS DECICIONES

Se acabó la Davis por este año. El papelón de España ha sido eso, un papelón. No sólo por llegar y vencer, sino por la trayectoria de una Federación que ha colocado a su equipo en la final del trofeo más preciado tres veces en los últimos cinco años. La verdad es que, antes del 2000, llamaba la atención que un país que contaba con quince o veinte jugadores entre los cien primeros del mundo, no fuera capaz de lucirse en una competición de equipos. Pero también es verdad que la Copa Davis a veces no refleja el nivel de un país, sino el nivel de uno o dos jugadores. La prueba la tenemos en las chicas, que con dos jugadoras únicas y sin nadie más detrás, levantaron la Fed Cup, o sea, la Davis femenina, en cinco ocasiones.

Esta final ha tenido unas características muy especiales. En primer lugar, Arrese, Avendaño y Perlas, el G-3, han estado muy valientes en todas sus decisiones. Hay que tener sangre fría para apartar a todo un Juan Carlos Ferrero y dejar casi todo en manos de un chaval de 18 años. Y hay que ser consecuente para no desgastar al chaval en un doble que no iba a llevar a ninguna parte más que a la acumulación de cansancio La consecuencia de esta medida la ha podido ver todo el mundo: Ferrero ha exhibido durante todo el fin de semana una cara de dolor de tripas que no dice mucho a favor de un profesional. Habría que recordarle que en la final de hace cuatro años, contra Australia y en el Palau, el entonces G-4 le incluyó como titular, dejando a Carlos Moyá fuera, incluso, del equipo.

En segundo lugar, podríamos destacar la poca competitividad de un equipo, el estadounidense, al que parecía que no le importaba demasiado el resultado. No alinear a Spadea, número 19 del mundo, llama la atención y, además, lo han pagado.

Pero lo más destacado quizá pueda ser la pobre impresión que ha dejado todo un número 2 del mundo y ex número 1. Andy Roddick ha llegado a Sevilla sin derecha, con un saque que no ha tenido, al menos porcentualmente, nada de temible y con un estado físico realmente lamentable. El espectáculo que dio a nivel físico el viernes contra Nadal fue horroroso, pero nada comparable con la situación tan bochornosa a partir del principio del segundo set del domingo contra Moyá.

Además de todo esto, habría que resaltar todo el espectáculo que ha dado una grada entregada a un equipo y que no ha parado de gritar y de bailar. Por cierto, algunos no habrán parado de gritar pero contra la organización, porque ha habido localidades impresentables, de esas que da vergüenza ofrecer.

Pues se acabó la historia. El final ha sido feliz, pero el tenista no descansa demasiado. Ahora toca, parando o sin parar, preparar el primer Grand Slam del año, Australia, y muy cerquita ya la Davis 2005.


Josemari Sexmilo
Entrenador Nacional de Tenis
5 de Diciembre de 2004
Publicado en Diario de Noticias. (6.DIC.2004)

jueves, 2 de diciembre de 2004

LA COPA DAVIS Y LA LÓGICA

Manolo Santana ha declarado que España va a ganar 5-0. Santana es de esos personajes que no saben distinguir entre su españolísimo deseo y la realidad de un deporte que, por lo general, pone a cada uno en su sitio. Es probable que John Mac Enroe o el mismísimo Georges W. Bush hayan dicho lo mismo pero al revés. Al final, el patriotismo inclina hacia la necedad a gentes que no deberían sufrir estas tentaciones vocales.

La Copa Davis siempre se ha caracterizado por lo difícil de pronosticar los resultados. Las eliminatorias son tan complejas que el ganar uno de los cinco partidos o perderlo puede cambiar la historia y pasar del fracaso estrepitoso a la gloria o viceversa. Los estadounidenses, sin ir más lejos, sufrieron el año 88 la humillación de descender a la segunda categoría, después de haber levantado la ensaladera en 29 ocasiones. Por eso, y más tratándose de una final, es difícil adivinar qué es lo que va a pasar entre las líneas y la red.

Si empleamos la lógica, debemos establecer, en principio, que quien gane la final lo va a pasar mal hasta el último momento. Y hay cosas claras como que el partido del sábado, el doble, es prácticamente imposible de salvar. Va a jugar una pareja, los gemelos Bryan, que es el mejor dueto del mundo en estos momentos. Y va a jugar contra dos tenistas como Robredo y Nadal cuyo logro más importante como doblistas de Copa Davis es ganar en la anterior eliminatoria en cinco sets a los franceses, que, por cierto, jugaron sin su titular Fabrice Santoro. Para quien suscribe y sin ánimo de ofender a nadie, es como un Peña Sport-Barça de Copa. Y si a esto le añadimos que lo normal sería que Roddick ganara al menos uno de sus dos individuales, nos encontramos con un 0-2 para empezar y la medicina a aplicar sería sólo una: no fallar en ninguno de los otros tres puntos. Pero hay que reiterar que todo este comentario se hace desde la lógica, como también había una lógica previa bastante negra el año 2000 en la final contra Australia (Hewitt y Rafter) y se ganó con claridad.

El sorteo ha favorecido ligeramente a España. Carlos Moyá debe batir a Fish en el primer partido para que el joven Nadal no salga demasiado presionado en su duelo con Roddick. Después vendrá el complicadísimo doble del sábado y los dos últimos individuales. Hay mucho que ver y disfrutar estos tres días. Pero, de cualquier forma, ojalá no impere la lógica y acierte Manolo Santana, se equivoquen Mac Enroe y Bush y la Peña le vapulee al Barça.



Josemari Sexmilo
Entrenador Nacional de Tenis
2 de Diciembre de 2004
Publicado en Diario de Noticias (3.DIC.2004)

viernes, 26 de noviembre de 2004

ENAMÓRATE

Anda el mundo del Tenis preocupado por la escasez de chicas de nivel en el Ranking mundial. Y es que el Tenis español se había acostumbrado a vivir de los éxitos de sus dos estrellas que, como todo en la vida, se han ido apagando. Una, Arantxa, ya se ha retirado, y la otra, Conchita, continúa, pero demostrando que el tiempo no pasa en balde y que el Tenis femenino ha evolucionado de tal forma que no tiene nada que ver con el que se jugaba en sus tiempos gloriosos.

Las chicas han creado un estilo en el que, salvando las diferencias anatómicas y fisiológicas, pegan como los hombres, suben a acabar el punto en la red (antes sólo subían a dar la mano), golpean desde cualquier posición sin hacer caso al método e impera el revés sobre la derecha. Toda una revolución.

Uno piensa que el tema no es tan grave. No olvidemos que España coloca entre siete y ocho jugadoras entre las cien primeras en la clasificación mundial cada semana y que, a nivel de equipos, ha llegado este año a semifinales de la Fed Cup (Copa Davis femenina).

De cualquier forma, la Federación Española ha tomado cartas en el asunto y se ha lanzado a captar 500 niñas entre 9 y 11 años, una especie de Operación Altura pero sin eso, sin altura. El proyecto es bueno al estar bien dotado económicamente y mejor, si cabe, técnicamente. Este alto número de chicas se verá reducido a 300 y de ahí se espera que el Tenis nacional vuelva a recuperar el prestigio de antesdeayer.

Lo que no deja de tener gracia es que los diseñadores de este invento lo han bautizado como “Enamórate”, ignorando que es precisamente el amor y el enamorarse, lo que hace que infinidad de chicas dejen las pistas.



Josemari Sexmilo
Entrenador Nacional de Tenis
26 de Noviembre de 2004
Publicado en Diario de Noticias (27.NOV.2004)

viernes, 12 de noviembre de 2004

FUGA DE TALENTOS

¿Cuántos deportistas han abandonado Navarra para mejorar y no han logrado el objetivo deseado? ¿Cuántos lo han conseguido a la primera? Cuántos han sufrido lo indecible hasta despuntar en su especialidad? ¿Cuántos triunfadores y fracasados hemos fabricado? Realmente, ha habido de todo.

La fuga de talentos es algo que no ocurre sólo en nuestro entorno, sino en todo el mundo. Pero lo que habría que desterrar de una vez por todas es la idea de que lo de fuera es mejor que lo de casa. Con buenas instalaciones y buenos técnicos, se entrena igual en Valencia que en Zamora y, aunque haya gente que no quiere darse cuenta, se trabaja mejor en casa que fuera. Un deportista joven es más feliz en su casa, con sus amigos, sus compañeros de colegio, su comida, sus costumbres y con todo lo bueno y lo malo que tiene su ciudad.

¿Qué es entonces lo que gana un deportista cuando se va de casa con la intención de triunfar? Pues, simplemente, alcanza lo que no tiene en origen, como el encuentro diario con un gran nivel deportivo, las facilidades a la hora de viajar que da un colegio que alberga deportistas de élite y compartir con un grupo experiencias como entrenar cinco horas diarias o competir en Dinamarca. Eso es lo que gana, ni más ni menos. Pero no olvidemos que deportistas como Juan Carlos Ferrero o Carlos Moyá optaron por salir de casa y volvieron al poco tiempo porque entendían que estaban mejor allá de donde salieron. Y acertaron.

Dos tenistas navarros nos han abandonado en las últimas semanas con la idea de buscar una mejor proyección de sus carreras deportivas. Borja Roldán y Maite Gabarrús se despiden de su etapa quizá más feliz y se lanzan a la jungla donde no se puede fallar y donde el trabajo, a veces, no se rentabiliza. Ellos están convencidos de lo que quieren y ven que en Pamplona sólo tienen la mitad de lo que su aspiración les exige. Vamos a ver si con la otra mitad son capaces de llegar a donde todos los chavales han soñado algún día. Que triunfen, pero que, como todas las buenas personas, sean generosos con el recuerdo de sus orígenes.




Josemari Sexmilo
Entrenador Nacional de Tenis
Publicado en Diario de Noticias (12.NOV.2004)

miércoles, 20 de octubre de 2004

COPA DAVIS: UNA SABIA DECISIÓN

Si algo desea la Real Federación Española de Tenis (RFET) es ganar la Copa Davis. Esta asignatura pendiente del tenis español hasta el año 2000, es la que todos quieren aprobar a toda costa y muy pocos lo han conseguido. Ahora se plantea la elección de la pista donde jugar como algo político y electoral, cuando lo que realmente importa es lo deportivo, o al menos eso pensamos la gente de a pie.

La elección de Sevilla ha sido algo lógico y esperado. Para quien no lo sepa, que seguramente será la mayoría, el jugar a nivel del mar o en altura establece una diferencia de rendimiento espectacular entre jugadores. La pelota con que se juega al tenis es un objeto que no pesa más allá de los 57 gramos y en el ambiente de máxima presión atmosférica (0 metros sobre el nivel del mar) corre relativamente despacio cuando atraviesa el aire. Se dice habitualmente que “pesa” más.

Esto, que parece una excusa de cara a logros extradeportivos, es la pura realidad y aquellos que hemos jugado a cierto nivel lo hemos sufrido. Exagerando los límites, no es igual jugar en Bogotá, a 2.640 metros, que hacerlo en Málaga. Y tampoco es igual competir a 650 metros (Madrid) que a 6 (Sevilla). En la capital la pelota “vuela” y en Sevilla se acusa una enorme lentitud que en días húmedos se convierte en algo desesperante. Hay que evitar como sea que los americanos hagan estragos con sus saques y su agresividad natural. Andy Roddick, en la semifinal contra Bielorrusia, batió el record de la historia con un saque a ¡249,4 km/h! ante Voltchkov.

Los técnicos del equipo español tienen muy claro lo que quieren. Los jugadores son, en los últimos años, respetados a la hora de elegir sede. Y los americanos se mueren por jugar en altura. Todo perfecto para tomar, en décimas de segundo, una sabia decisión.

Uno piensa que Agustín Pujol, presidente de la RFET, se ha visto beneficiado electoralmente con la designación de Sevilla, pues los votos de una Comunidad agradecida y tan grande como Andalucía pueden ser decisivos a la hora de renovar o no el cargo en las urnas. Si el 29 de Enero gana las elecciones a Presidente de la RFET, podremos hablar, entre otras cosas, de la suerte del campeón.



Josemari Sexmilo
Entrenador Nacional de Tenis
20 de Octubre de 2004
Publicado en Diario de Noticias (23.OCT.2004)

jueves, 5 de agosto de 2004

EL FUTBOL: UN CUENTO CHINO

Tengo un amigo que dice que en el fútbol todo es mentira. Lo curioso del caso no es que lo diga, sino que lo diga una persona que vive del fútbol desde hace muchos años. Debo confesar que mi sentido común me dice que debo estar del lado de mi amigo, si no al cien por cien, sí en una proporción muy elevada.

Quisiera comenzar diciendo que nunca he estado dentro del mundo del fútbol, aunque sí debo reconocer que me he tragado fútbol como el que más. Así pues, reconozco que para saber mucho de fútbol uno ha tenido que calzarse en muchas ocasiones las botas de tacos, oler el inconfundible aroma del linimento Sloan (antes) o del Reflex (ahora) en la caseta y degustar el ambiente de un vestuario que canta o llora, según el resultado.

Desde lo poco que entiendo veo, entre otras cosas, que el fútbol es un mundo en el que el espíritu de trabajo no existe. No sé si habrá un deporte en el que se trabaje menos. Y, sin duda, es el trabajo en el que más se cobra por minuto. El futbolista trabaja entre hora y media y dos horas diarias (nunca he entendido por qué hay periodistas que se empeñan en destacar la “dura sesión de entrenamiento” a la que sometió el entrenador a los jugadores cuando pasa de dos horas) y descansa un día del fin de semana y otro entre semana. Además, uno piensa que entre el calentamiento antes de empezar a entrenar, los estiramientos de músculos y articulaciones previos, los ejercicios de vuelta a la calma del final del entrenamiento y los obligatorios estiramientos para terminar, se comen más de media sesión.

Entonces, ¿qué trabaja el futbolista? La respuesta es sencilla: “Muy poco”. Muy poco en cantidad y en calidad. Y si en cuanto a la cantidad ya está todo hablado, con respecto a la calidad habría que hablar mucho.

Los jugadores de fútbol saben hacer muy poquitas cosas con el balón, que es la cosa esa redonda que hay que dominar para vivir de este invento. Bueno, pues la mayoría corre muy rápido, salta muy alto, reacciona al estímulo con gran velocidad, resiste una gran carga de trabajo físico, pero a la hora de darle al bolo son, en infinidad de casos, unos tuercebotas. Y a las pruebas me remito: las jugadas a balón parado.


EL SAQUE DEL CORNER
Uno ya llega a aburrirse de ver corners mal sacados. ¿Tan difícil es golpear un balón que está fijo en el suelo hacia un punto establecido? Hombre, pues la primera vez seguro que no es fácil, pero cuando lo haces dos mil o tres mil veces no será tan difícil. Sí, sí, ha leído bien; digo dos mil o tres mil veces y seguramente me quedo corto. En el deporte, el trabajo por repeticiones siempre da sus frutos. A unos los convierte en buenos deportistas de su especialidad y a otros en muy buenos, pero el hecho cierto es que siempre se mejora. Con repeticiones, salvo el auténtico zote, todo el mundo consigue objetivos.

El futbolista debería saber colocar el balón en esta jugada en el primer palo, en el segundo, en el borde del área pequeña, en el punto de penalty, en el larguero, en fin en cualquier sitio premeditado. Es ridículo ver domingo tras domingo el triste espectáculo del saque del corner “a donde vaya”. Pero para mejorar hay que trabajar y repetir y repetir, pero parece que no hay tiempo suficiente para aprender a dominar el balón.

¿Sabe usted por qué en el baloncesto hay unos porcentajes de acierto tan altos en los lanzamientos de personales, aún teniendo en cuenta el tamaño del balón y de la canasta, la distancia de separación del jugador al aro y, en muchas ocasiones, la presión del marcador y de un público que no hace más que chillar? Pues porque los jugadores de baloncesto repiten ese gesto técnico miles de veces. Ni más ni menos.


EL LANZAMIENTO DE LAS FALTAS
Conozco a un histórico de la Real Sociedad al que le contaba todas estas teorías mías y me narró una anécdota muy sabrosa. Cuando dejó de jugar como profesional, se inscribió en un curso de Entrenador de categorías inferiores por seguir de alguna manera ligado a lo que era su vida y su pasión, el fútbol. Aquel día daba la clase un histórico entrenador, también de la Real, y hablaba del lanzamiento de las faltas. Mi amigo le comentó que él se extrañaba de que ningún entrenador le hubiera intentado enseñar en tantos años de futbolista a tirar faltas, a lo que el ilustre profesor le contestó que eso no se enseñaba, que con eso se nacía. Lo que oye. En ese momento se revolvió toda la clase contra el “catedrático” y, ante la crítica de todo el alumnado, se consiguió que llegara a ceder algo de terreno y reconocer que también en parte influía el trabajo, pero sólo en parte.

Esta anécdota define el mundo del fútbol. En los equipos se da el caso de que, según dicen los entendidos, un domingo no hay ningún lanzador de faltas en el campo. ¿Cómo que no hay ningún lanzador? Qué pasa, ¿que hay que ser especial o extraterrestre para aprender a golpear un balón sobre un sitio definido?

¿Sabe usted por qué los jugadores de golf profesionales golpean a la bola desde 150 metros y, sorteando un lago y varios obstáculos más, la dejan en el green a poca distancia del hoyo? Pues porque lo ensayan y ensayan y ensayan. Coja usted un palo y una bola e inténtelo, ya verá lo difícil que es. Pero si sigue intentándolo, experimentará que se le va haciendo, poco a poco, menos complicado. Eso sí, los intentos deben ser continuos, porque si lo hace una vez al año los frutos no aparecerán por ningún lado.


EL PENALTY
Aún sigue habiendo gente que duda si, cuando un penalty no acaba en gol, es fallo del jugador o acierto del portero. Pues hombre, a mí no me cabe la menor duda de que es fallo del jugador. Un balón bien lanzado siempre tiene que ser gol por la sencilla razón de que hay ángulos imposibles de alcanzar por un humano en tan corto espacio de tiempo. Se entiende que haya fallos, pero no es normal que se vea tantos penaltys mal tirados, acaben o no en gol. El penalty es un jugada que habría que entrenar continuamente, porque en ella se juega mucho un equipo. Pero, según cuentan las crónicas, sólo se entrena cuando hay partido de copa. Al menos eso dicen los periodistas.

Sabe usted por qué Juan Carlos Ferrero, cuando le saca un gigante de dos metros, a doscientos y pico por hora y se le planta en la red, coloca la pelota cruzada y a los pies de ese monstruo dificultándole el golpe fácil y preparando la jugada para hacer un golpe ganador? Pues porque ensaya este tipo de jugadas y muchas más, miles de veces, o sea, porque trabaja por repeticiones en busca de unos objetivos que podrían resumirse en uno: ser cada día mejor.


Ya sé que estos razonamientos no sentarán bien a más de uno, pero hay que entender que en el Deporte, y especialmente los que vivimos de él, todos somos una opinión. Uno piensa que no hay que ir contra el futbolista, ni contra los Entrenadores, ni los directivos. Hay que ir contra el sistema. No se puede digerir un Deporte en el que el jugador es multimillonario y trabaja poco más que un parado. El futbolista no es vago, pero se le hace vago. No es un buen ejemplo para el niño que ve desde fuera el fútbol como un escaparate de perfección. Seguramente, cuando el niño se hace mayor y ve toda esta mentira, se le hace el escaparate añicos.

Ahora bien, ¿quién se atreve a dar el paso?. ¿Qué entrenador es capaz de revolucionar esto y hacer trabajar una hora más al jugador cada día para corregir estas carencias técnicas? Y la pregunta del millón: ¿sería contratado por algún equipo ese Entrenador que hiciera trabajar una hora más cada día a los futbolistas o sería rechazado por los presidentes ante los deseos de los deportistas de seguir trabajando hora y media diaria?


Uno piensa que esto, que al fin y al cabo es un montaje, no tiene solución debido a los hábitos de un deporte que, paradójicamente, es el rey. Y mientras tanto, el jugador de baloncesto, el golfista y Ferrero seguirán trabajando y trabajando para mejorar al máximo y ofrecer mayor espectáculo si cabe al aficionado que, por cierto, es el que mantiene todo este tinglado. Una pena.




Josemari Sexmilo
Entrenador Nacional de Tenis
5 de Agosto de 2004

Publicado en Diario de Noticias el 8 de Octubre de 2004
Publicado en Diario de Navarra el 15 de Octubre de 2004

domingo, 13 de junio de 2004

SE ACABÓ

Se acabó. Desgraciadamente, se acabó. Pero hay que decir alto y claro, que todo terminó con brillantez y, sobre todo, con alegría, mucha alegría. El Goofy es especial y eso no hay quien lo discuta. La réplica de Mickey Mouse que reciben los triunfadores como trofeo lo dice todo.

El Goofy se asemeja al trato que da la sociedad actual al niño. La hiperprotección de los padres sobre los hijos se podría vislumbrar en un torneo donde el niño es el protagonista absoluto. El chaval se aloja en un hotel de cuatro estrellas, se le lleva a diario al Club y se le devuelve al hotel, se le dan las tres comidas reglamentarias, se le proporciona pista para entrenar, a la hora del partido se le da agua fresca y zumos para llevar a la pista, se le proporciona un fisio por si tiene alguna molestia, el entrenador está encima de él por si necesita algo e intenta no molestarle cuando se adivina que no es el momento más oportuno, se le forra de gorritas, mochilas, camisetas, juegos y un sinfín de chorraditas que a veces se quedan olvidadas por los vestuarios o en el bar. Y todo esto ¡gratis! Uno no sabe si estamos marcando un buen camino o no, pero lo cierto es que es el único camino que, por ahora, existe.

En el teatro la última escena marca mucho la opinión final del espectador. Es la forma de convencer al que aún tiene dudas de si le ha gustado o no la obra. Ayer la Organización puso todo lo que se podía poner para que los dudosos acabaran convenciéndose de lo evidente. Tanto es así que Goofy, el personaje de Disney intocable e inviolable, fue retocado con el pañuelo de San Fermín. Pues eso, viva San Fermín.


JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis

sábado, 12 de junio de 2004

JAVIER

Dicen que no hay gente imprescindible, que al final siempre amanece y que todo barco llega a puerto capitanee quien capitanee. Uno tiene sus dudas. El mundo funciona porque hay locos que se dedican a hacer felices a los demás y esa rara especie se hace tan necesaria como que, si no están, claro que el barco llega, pero en mal estado. Cada cual que valore si esto es imprescindible o, simplemente, necesario.

Javier Sansierra es el capitán. Es tan necesario en el Goofy que uno piensa que sin él no existiría el Campeonato. Así de claro. Este vasco, casado con una americana de Colorado, padre, amigo y ciudadano del mundo, lleva a sus espaldas veintiún Goofys sin interrupción y, lo que es más curioso, con una ilusión contagiosa. Es el loco de esta película. Sus dotes de organizador y de comunicador hacen que cualquier cosa que él dirija goce de un ambiente especial, mitad cariño, mitad rigor, pero todo esto regado por un chorro enorme de humanidad y, sobre todo, de educación.

Hoy son las finales, el gran día. Hoy habrá mucha alegría y, seguramente, alguna lágrima, porque en el Tenis, para bien o para mal, no existe el empate. Hoy acabaremos bailando con Goofy, sí, sí, con el auténtico, y terminaremos el torneo del calor. ¿Qué queda? Haría falta muchos folios para explicarlo. De todos los eventos se aprende algo. En éste, seguramente, hemos estudiado a fondo la asignatura de “saber estar”. Gracias, Javier.


JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis

SE ACABÓ

Se acabó. Desgraciadamente, se acabó. Pero hay que decir alto y claro, que todo terminó con brillantez y, sobre todo, con alegría, mucha alegría. El Goofy es especial y eso no hay quien lo discuta. La réplica de Mickey Mouse que reciben los triunfadores como trofeo lo dice todo.

El Goofy se asemeja al trato que da la sociedad actual al niño. La hiperprotección de los padres sobre los hijos se podría vislumbrar en un torneo donde el niño es el protagonista absoluto. El chaval se aloja en un hotel de cuatro estrellas, se le lleva a diario al Club y se le devuelve al hotel, se le dan las tres comidas reglamentarias, se le proporciona pista para entrenar, a la hora del partido se le da agua fresca y zumos para llevar a la pista, se le proporciona un fisio por si tiene alguna molestia, el entrenador está encima de él por si necesita algo e intenta no molestarle cuando se adivina que no es el momento más oportuno, se le forra de gorritas, mochilas, camisetas, juegos y un sinfín de chorraditas que a veces se quedan olvidadas por los vestuarios o en el bar. Y todo esto ¡gratis! Uno no sabe si estamos marcando un buen camino o no, pero lo cierto es que es el único camino que, por ahora, existe.

En el teatro la última escena marca mucho la opinión final del espectador. Es la forma de convencer al que aún tiene dudas de si le ha gustado o no la obra. Ayer la Organización puso todo lo que se podía poner para que los dudosos acabaran convenciéndose de lo evidente. Tanto es así que Goofy, el personaje de Disney intocable e inviolable, fue retocado con el pañuelo de San Fermín. Pues eso, viva San Fermín.


Josemari Sexmilo
12 de Junio 2004
Publicado en Diario de Navarra (13.JUN.04)

viernes, 11 de junio de 2004

SORPRESAS

Por fin ha habido sorpresas. Ya era hora. Hasta ayer todo iba con la tranquilidad del pronóstico cumplido; pero ayer, en el primer turno, el de las diez de la mañana, en el que casi nadie quiere jugar, cayeron los dos favoritos, sufriendo hasta la extenuación mientras sus compañeros tomaban cocacolas y pinchos en el Ayuntamiento. Yolanda Barcina recibía a Organización y participantes y les agasajaba junto al balcón desde el que Jorge Mori, que también quiso estar presente, pasará a la historia el 6 de Julio.

Ya estamos en semifinales. Ayer perdió la última esperanza navarra, Jennifer Gil, que, junto a una extremeña, había llegado a la penúltima ronda de dobles. Bien por Jenny, por su trabajo diario y por el ejemplo que da a los de su alrededor. Es bueno fijarse en quien trabaja bien para intentar imitarle.

Uno ya se empieza a obsesionar con esto del calor. Tampoco se debe caer en el tópico del “esto no es normal”, porque, a efectos del tiempo climatológico, en Pamplona todo es normal. O habitual.

Mañana empieza la movida. Habrá recogepelotas, árbitros, megafonía, ambiente y… calor. Por la tarde se dilucidará quiénes son los mejores doblistas del país. Serán los primeros campeones del torneo y, junto a los que ganen el sábado, recogerán su premio en la pista 1 del Club de Tenis de manos del mismísimo Goofy. Sí, sí, como lo oye: del mismísimo Goofy, porque, se lo crea usted o no, Goofy existe. Y si no, venga el sábado.



JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis

JAVIER

Dicen que no hay gente imprescindible, que al final siempre amanece y que todo barco llega a puerto capitanee quien capitanee. Uno tiene sus dudas. El mundo funciona porque hay locos que se dedican a hacer felices a los demás y esa rara especie se hace tan necesaria como que, si no están, claro que el barco llega, pero en mal estado. Cada cual que valore si esto es imprescindible o, simplemente, necesario.

Javier Sansierra es el capitán. Es tan necesario en el Goofy que uno piensa que sin él no existiría el Campeonato. Así de claro. Este vasco, casado con una americana de Colorado, padre, amigo y ciudadano del mundo, lleva a sus espaldas veintiún Goofys sin interrupción y, lo que es más curioso, con una ilusión contagiosa. Es el loco de esta película. Sus dotes de organizador y de comunicador hacen que cualquier cosa que él dirija goce de un ambiente especial, mitad cariño, mitad rigor, pero todo esto regado por un chorro enorme de humanidad y, sobre todo, de educación.

Hoy son las finales, el gran día. Hoy habrá mucha alegría y, seguramente, alguna lágrima, porque en el Tenis, para bien o para mal, no existe el empate. Hoy acabaremos bailando con Goofy, sí, sí, con el auténtico, y terminaremos el torneo del calor. ¿Qué queda? Haría falta muchos folios para explicarlo. De todos los eventos se aprende algo. En éste, seguramente, hemos estudiado a fondo la asignatura de “saber estar”. Gracias, Javier.


Josemari Sexmilo
11 de Junio 2004
Publicado en Diario de Navarra (12.JUN.2004)

jueves, 10 de junio de 2004

LA “ARMADA”

Ayer desembarcó la “Armada” en el Tenis o, más bien, los responsables de que la “Armada” exista. Llegaron como de puntillas, sin hacer ruido, y seguro que se irán de la misma forma, pero con un montón de datos debajo del brazo. Al fin y al cabo, son los responsables de que la “Armada” tenga suficientes relevos por mucho tiempo. Secretaría Técnica, Coordinación de Escuelas Territoriales y Dirección del C.A.R. de la Federación Española están en Pamplona para ver lo que hacen estos locos bajitos de la raqueta.

El Goofy es un buen foro de opinión sobre el tenis en general. Aquí todo se comenta, desde cómo sacar con más potencia, hasta la locura de aquel padre que le hizo a su hija odiar el tenis, pasando por la final del último Roland Garros. Y todo eso bajo un calor que no cesa y que hace devorar las botellas de agua y de zumos.

Hoy se juegan los cuartos de final sin representación navarra. Se acerca el final y todo empieza a ser más serio y los partidos más largos. Aquí ya no se relaja nadie porque se sabe que el Goofy es uno de los referentes de la Federación Nacional de cara a dar a un jugador lo que se merece. Lo importante es que nadie se sienta observado, pero eso no es fácil.

Los jugadores a jugar y los observadores a observar. Viva la “Armada”.


JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis

SORPRESAS

Por fin ha habido sorpresas. Ya era hora. Hasta ayer todo iba con la tranquilidad del pronóstico cumplido; pero ayer, en el primer turno, el de las diez de la mañana, en el que casi nadie quiere jugar, cayeron los dos favoritos, sufriendo hasta la extenuación mientras sus compañeros tomaban cocacolas y pinchos en el Ayuntamiento. Yolanda Barcina recibía a Organización y participantes y les agasajaba junto al balcón desde el que Jorge Mori, que también quiso estar presente, pasará a la historia el 6 de Julio.

Ya estamos en semifinales. Ayer perdió la última esperanza navarra, Jennifer Gil, que, junto a una extremeña, había llegado a la penúltima ronda de dobles. Bien por Jenny, por su trabajo diario y por el ejemplo que da a los de su alrededor. Es bueno fijarse en quien trabaja bien para intentar imitarle.

Uno ya se empieza a obsesionar con esto del calor. Tampoco se debe caer en el tópico del “esto no es normal”, porque, a efectos del tiempo climatológico, en Pamplona todo es normal. O habitual.

Mañana empieza la movida. Habrá recogepelotas, árbitros, megafonía, ambiente y… calor. Por la tarde se dilucidará quiénes son los mejores doblistas del país. Serán los primeros campeones del torneo y, junto a los que ganen el sábado, recogerán su premio en la pista 1 del Club de Tenis de manos del mismísimo Goofy. Sí, sí, como lo oye: del mismísimo Goofy, porque, se lo crea usted o no, Goofy existe. Y si no, venga el sábado.



Josemari Sexmilo
10 de Junio 2004
Publicado en Diario de Navarra (11.JUN.06)

miércoles, 9 de junio de 2004

EL GOOFY

Para los que no lo sepan, el Trofeo Sport Goofy ya no se llama así; es “el Goofy”. El Goofy es el campeonato estrella del año para los jugadores de 14 años. El Goofy tiene gancho, relevancia, tradición y todo eso que tienen los campeonatos importantes. Es el torneo que se juega con la curiosidad de lo nuevo.

Generalmente, el Goofy sólo se juega una vez en la vida. Pocos son los que disputan dos ediciones y eso, como todos los torneos de edades, le aporta algo especial.

En el Goofy hay nervios, nivel, ilusión y regalos, muchos regalos. Los jugadores reciben un montón de esas cositas como gorras, camisetas, mochilas, toallas y todos esos artilugios que los de Disney y todos los americanos se han empeñado en denominar merchandising. Es una excelente aportación de la generosidad del sponsor.

Ayer hizo mucho calor pero no se derritió nadie. Parece que los chavales están cada vez mejor preparados y aguantan lo que les eche el contrario y el hombre del tiempo. Desde fuera parece muy difícil soportar esa mezcla de tensión y temperatura, pero la verdad es que esta gente aguanta todo.

Fermín Idoate, del Tenis, dio la nota positiva local y ganó al número uno de Cantabria. Hoy será todo más complicado. Los navarros han caído pero lo cierto es que están disfrutando del torneo como los que han ganado. Se trata de disfrutar y, si se gana, mejor. Es el Goofy.


JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis

LA “ARMADA”

Ayer desembarcó la “Armada” en el Tenis o, más bien, los responsables de que la “Armada” exista. Llegaron como de puntillas, sin hacer ruido, y seguro que se irán de la misma forma, pero con un montón de datos debajo del brazo. Al fin y al cabo, son los responsables de que la “Armada” tenga suficientes relevos por mucho tiempo. Secretaría Técnica, Coordinación de Escuelas Territoriales y Dirección del C.A.R. de la Federación Española están en Pamplona para ver lo que hacen estos locos bajitos de la raqueta.

El Goofy es un buen foro de opinión sobre el tenis en general. Aquí todo se comenta, desde cómo sacar con más potencia, hasta la locura de aquel padre que le hizo a su hija odiar el tenis, pasando por la final del último Roland Garros. Y todo eso bajo un calor que no cesa y que hace devorar las botellas de agua y de zumos.

Hoy se juegan los cuartos de final sin representación navarra. Se acerca el final y todo empieza a ser más serio y los partidos más largos. Aquí ya no se relaja nadie porque se sabe que el Goofy es uno de los referentes de la Federación Nacional de cara a dar a un jugador lo que se merece. Lo importante es que nadie se sienta observado, pero eso no es fácil.

Los jugadores a jugar y los observadores a observar. Viva la “Armada”.


Josemari Sexmilo
9 de Junio 2004
Publicado en Diario de Navarra (10.JUN.04)

martes, 8 de junio de 2004

EL GOOFY

Para los que no lo sepan, el Trofeo Sport Goofy ya no se llama así; es “el Goofy”. El Goofy es el campeonato estrella del año para los jugadores de 14 años. El Goofy tiene gancho, relevancia, tradición y todo eso que tienen los campeonatos importantes. Es el torneo que se juega con la curiosidad de lo nuevo.

Generalmente, el Goofy sólo se juega una vez en la vida. Pocos son los que disputan dos ediciones y eso, como todos los torneos de edades, le aporta algo especial.

En el Goofy hay nervios, nivel, ilusión y regalos, muchos regalos. Los jugadores reciben un montón de esas cositas como gorras, camisetas, mochilas, toallas y todos esos artilugios que los de Disney y todos los americanos se han empeñado en denominar merchandising. Es una excelente aportación de la generosidad del sponsor.

Ayer hizo mucho calor pero no se derritió nadie. Parece que los chavales están cada vez mejor preparados y aguantan lo que les eche el contrario y el hombre del tiempo. Desde fuera parece muy difícil soportar esa mezcla de tensión y temperatura, pero la verdad es que esta gente aguanta todo.

Fermín Idoate, del Tenis, dio la nota positiva local y ganó al número uno de Cantabria. Hoy será todo más complicado. Los navarros han caído pero lo cierto es que están disfrutando del torneo como los que han ganado. Se trata de disfrutar y, si se gana, mejor. Es el Goofy.


Josemari Sexmilo
8 de Junio 2004
Publicado en Diario de Navarra (9.JUN.04)