viernes, 26 de noviembre de 2004

ENAMÓRATE

Anda el mundo del Tenis preocupado por la escasez de chicas de nivel en el Ranking mundial. Y es que el Tenis español se había acostumbrado a vivir de los éxitos de sus dos estrellas que, como todo en la vida, se han ido apagando. Una, Arantxa, ya se ha retirado, y la otra, Conchita, continúa, pero demostrando que el tiempo no pasa en balde y que el Tenis femenino ha evolucionado de tal forma que no tiene nada que ver con el que se jugaba en sus tiempos gloriosos.

Las chicas han creado un estilo en el que, salvando las diferencias anatómicas y fisiológicas, pegan como los hombres, suben a acabar el punto en la red (antes sólo subían a dar la mano), golpean desde cualquier posición sin hacer caso al método e impera el revés sobre la derecha. Toda una revolución.

Uno piensa que el tema no es tan grave. No olvidemos que España coloca entre siete y ocho jugadoras entre las cien primeras en la clasificación mundial cada semana y que, a nivel de equipos, ha llegado este año a semifinales de la Fed Cup (Copa Davis femenina).

De cualquier forma, la Federación Española ha tomado cartas en el asunto y se ha lanzado a captar 500 niñas entre 9 y 11 años, una especie de Operación Altura pero sin eso, sin altura. El proyecto es bueno al estar bien dotado económicamente y mejor, si cabe, técnicamente. Este alto número de chicas se verá reducido a 300 y de ahí se espera que el Tenis nacional vuelva a recuperar el prestigio de antesdeayer.

Lo que no deja de tener gracia es que los diseñadores de este invento lo han bautizado como “Enamórate”, ignorando que es precisamente el amor y el enamorarse, lo que hace que infinidad de chicas dejen las pistas.



Josemari Sexmilo
Entrenador Nacional de Tenis
26 de Noviembre de 2004
Publicado en Diario de Noticias (27.NOV.2004)

viernes, 12 de noviembre de 2004

FUGA DE TALENTOS

¿Cuántos deportistas han abandonado Navarra para mejorar y no han logrado el objetivo deseado? ¿Cuántos lo han conseguido a la primera? Cuántos han sufrido lo indecible hasta despuntar en su especialidad? ¿Cuántos triunfadores y fracasados hemos fabricado? Realmente, ha habido de todo.

La fuga de talentos es algo que no ocurre sólo en nuestro entorno, sino en todo el mundo. Pero lo que habría que desterrar de una vez por todas es la idea de que lo de fuera es mejor que lo de casa. Con buenas instalaciones y buenos técnicos, se entrena igual en Valencia que en Zamora y, aunque haya gente que no quiere darse cuenta, se trabaja mejor en casa que fuera. Un deportista joven es más feliz en su casa, con sus amigos, sus compañeros de colegio, su comida, sus costumbres y con todo lo bueno y lo malo que tiene su ciudad.

¿Qué es entonces lo que gana un deportista cuando se va de casa con la intención de triunfar? Pues, simplemente, alcanza lo que no tiene en origen, como el encuentro diario con un gran nivel deportivo, las facilidades a la hora de viajar que da un colegio que alberga deportistas de élite y compartir con un grupo experiencias como entrenar cinco horas diarias o competir en Dinamarca. Eso es lo que gana, ni más ni menos. Pero no olvidemos que deportistas como Juan Carlos Ferrero o Carlos Moyá optaron por salir de casa y volvieron al poco tiempo porque entendían que estaban mejor allá de donde salieron. Y acertaron.

Dos tenistas navarros nos han abandonado en las últimas semanas con la idea de buscar una mejor proyección de sus carreras deportivas. Borja Roldán y Maite Gabarrús se despiden de su etapa quizá más feliz y se lanzan a la jungla donde no se puede fallar y donde el trabajo, a veces, no se rentabiliza. Ellos están convencidos de lo que quieren y ven que en Pamplona sólo tienen la mitad de lo que su aspiración les exige. Vamos a ver si con la otra mitad son capaces de llegar a donde todos los chavales han soñado algún día. Que triunfen, pero que, como todas las buenas personas, sean generosos con el recuerdo de sus orígenes.




Josemari Sexmilo
Entrenador Nacional de Tenis
Publicado en Diario de Noticias (12.NOV.2004)