martes, 18 de marzo de 2008

CÓDIGO DE CONDUCTA

Es cierto que todos nos hemos divertido con los shows de Mac Enroe en sus mejores años, con las protestas de Iván Lendl cuando no tenía nada de qué protestar o con las patrañas de Ilie Nastase, el rumano que dudó de la célula fotoeléctrica en Wimbledon. El mal comportamiento del deportista tiene bastante de atractivo y mucho de morbo para el espectador. Que estos multimillonarios mimados socialmente y tratados como auténticos dioses por prensa y grada, se manifiesten tan parecidos a ese ser humano que discute con la novia en la parada del autobús, no deja de ser atractivo, divertido y cercano. Sobre todo cercano. Pero, por mucho que nos atraiga, divierta y acerque, no deja de ser algo que hay que evitar porque, entre otras cosas, no es un buen ejemplo para quien quiere aprender de los mejores.

La Federación Navarra de Tenis está preocupada. Las actuaciones de jugadores y jugadoras de nuestra Comunidad que no cumplen las más elementales normas de educación deportiva, la conducta de algunos padres que no están preparados para ver a sus hijos competir y la dejación de funciones de los Jueces Árbitros, hacen que la situación sea, al menos, preocupante. Y la Federación anuncia medidas disciplinarias para atajar esta serie de espectáculos, unas medidas que, por otra parte, no deberían ni anunciarse, sino aplicarse siempre que hiciera falta. El Código de Conducta que rige en todo el Estado es muy claro y contempla todo tipo de situaciones, su gravedad y sus sanciones; lo que pasa es que por una cosa o por otra, porque somos como una familia, porque no nos queremos enfadar unos con otros, porque no queremos perjudicar a Fulano o a Mengano, el hecho es que el Código no se aplica y eso no está bien. Porque si algo ha evolucionado en el mundo del tenis, ha sido el comportamiento de los jugadores profesionales. Ahora es difícil ver un mal gesto, una protesta airada o un enfrentamiento con el público; y ese cambio en la conducta del jugador se debe, nada más y nada menos, que a la aplicación de un Código de Conducta que sólo exige al jugador que vaya decentemente vestido, que llegue a la hora a pista, que no desprecie a nadie, que no se cague en nada, que no rompa nada y que no se comunique con el público; o sea, que sea normal.

¿Y Mc Enroe, Lendl y Nastase habrían sobrevivido al Código? La respuesta es muy clara: sí. Ni el norteamericano la habría montado, ni el checo habría protestado, ni el rumano habría desafiado a la tecnología, por la sencilla razón de que el Código de Conducta no perdona a nadie y tendrían que haber elegido entre ser profesionales del tenis o del espectáculo. Y, hoy por hoy, da más dinero el tenis.



JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis
18 de Marzo de 2008
Publicado en Diario de Noticias (20.MAR.2008)