jueves, 29 de mayo de 2008

BORG-NADAL

Si alguien cambió el mundo del tenis en los años 70, ése fue Borg. No fue el inventor del revés a dos manos, pero colaboró a que esta técnica se contagiara al resto del mundo. No fue el inventor del cambio de patrón de juego de pista de tierra a dura, pero supo jugar el mejor tenis en las dos superficies. No fue el único jugador frío de la época, pero llamó la atención su exageradamente gélida actitud ante la tensión de los grandes compromisos. Y es que, aunque muchos han colaborado a que el tenis no sea lo que era en otros tiempos, el sueco dio un empujón definitivo a la historia de este deporte.

Rafa Nadal no ha cambiado el tenis, pero sí que ha dado un pequeño giro a la historia. Ha revolucionado los foros de opinión, porque nadie se muestra indiferente ante este monstruo. Lo critican (“no tiene talento, no hace más que correr”), lo adoran (“tiene una fuerza física y mental envidiables”) y hasta lo desprecian (“eso no es tenis”), pero el caso es que Nadal es el mejor jugador del mundo en tierra batida y el segundo en superficie rápida. Es cierto que Rafa ha elevado el físico a la categoría de imprescindible, pero no nos engañemos: el físico sin técnica no vale para nada; si me apuran, para correr algún medio maratón.

Ahora Borg y Nadal coinciden en Roland Garros. El sueco es la historia (6 títulos en París, 4 de ellos consecutivos) y el español el presente amenazador. Pase lo que pase de aquí a la ronda final, está claro que los dos han aportado al tenis algo para que cambie. Seguramente, la mayoría pensará que Borg añadió al tenis conceptos positivos y que la aportación de Nadal roza el suspenso. Pero no se debería mirar por ahí. El deportista hace su trabajo como mejor puede y, lejos de ejercer de artista, lo que quiere es ganar, que para eso entrena. Nadal no divierte como Federer, no atrae como Moyá; ni siquiera alegra la grada como Djokovic con sus shows, pero gana.

Borg y Nadal han hecho una propuesta, cada uno en su época, de cómo se debe jugar al tenis desde su punto de vista. Habrá admiradores y detractores de uno y de otro, pero lo que no se puede negar es que sirven y servirán de ejemplo de cómo se puede romper con una línea que han marcado otros. Y que no se engañe nadie: esto se consigue a base de trabajo. Quien piense lo contrario se equivoca. Aquí el que llega arriba es porque se lo merece. Así de claro.



JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis
29 de mayo de 2008
Publicado en Diario de Noticias (30.MAY.2008)

martes, 6 de mayo de 2008

DEFENSIVO ?

El 13 de octubre de 1980, comenzaba en Barcelona un curso de Entrenador Nacional de tenis. El día anterior, domingo, un joven checo, llamado Ivan Lendl, había ganado a Vilas la final del Godó en las pistas del R. C. Tenis Barcelona y los profesores del curso y algunos alumnos que habían visto toda la semana el torneo, decían que había nacido una estrella, que Lendl era un jugador impresionante y que iba a llegar muy alto. Y así fue. Pero también se comentó que era un jugador defensivo, que se movía sólo en la línea de fondo. El gran Joaquín Moure, una enciclopedia del tenis, dijo “¿Defensivo? Que me den muchos defensivos así”.

Rafa Nadal no es que haya ganado el Godó, es que se lo ha comido. Uno entiende que ha dejado de ser un jugador que sólo se empeña en defender para no perder el punto, para pasar a ser un pegador, un jugador de ataque. Es cierto que no es el atacante clásico del tenis de siempre (saque-volea, media pista-volea), es cierto que juega fuera de la pista, lejos de la zona donde los atacantes atacan y es cierto que hay gente que no entenderá esa forma de jugar; pero lo que está claro es que, quien quiera degustar lo que es un espectáculo de ataque, que se coloque en un lateral de la pista y que vea la aceleración de ese pedazo de brazo y la velocidad a la que sale la pelota, especialmente cuando golpea con su drive.

En semifinales se vio un partido que rozó el esperpento, porque enfrente tenía un alemán que no hacía más que resoplar y mirar con cara de miedo el chaparrón que le estaba cayendo encima. Al final, 6/1 6/0 sin enterarse uno de los dos. Y en la última ronda, sin llegar a tanto, pero algo parecido; con un número cinco del mundo, David Ferrer, que no podía controlar los misiles que le llegaban y que bastante hizo con ganar el segundo set.

Nadal ahora juega un poco más cerca de la pista e imprime, desde el fondo, un gran peso a la pelota. Es raro verle un golpe que no sea atacante y eso es lo que ha cambiado en este jugador. No tiene nada que ver con el Nadal del año pasado. Y, aún y todo, habrá gente que dirá que no le gusta porque es un jugador defensivo. El gran Joaquín Moure, una enciclopedia del tenis, tenía razón. Que nos den defensivos así.


JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis
6 de Mayo de 2008
Publicado en Diario de Noticias (8.MAY.2008)