miércoles, 11 de junio de 2008

SEÑOR

El A. C. Milán de Roberto Baggio, Weah y Maldini, se presentó en el Sadar aquel 7 de agosto del 96, marcado por la tragedia de Biescas, para celebrar el 75º aniversario del nacimiento de un Osasuna que deambulaba por la Segunda División, sin pena ni gloria y ya apagado el “vamos a subir” por la variante más real del “vamos a sufrir”. El Milán, seguramente el equipo más poderoso del mundo en aquellos momentos, se retiró al descaso con 0-4 y con la sensación de que Osasuna estaba rozando el ridículo. Alguien tomó la decisión de no humillar al anfitrión en su fiesta y ya no hubo más goles, ni dominio abrumador, ni rondos abusones. El Milán se portó como un club señor. Vamos, como se debe ser.

Rafael Nadal ha ganado Roland Garros con mucha más facilidad de la prevista. Los pronósticos le daban ganador, pero con reservas. Nunca se sabe qué puede pasar. Y los pronósticos se cumplieron y rozaron la crueldad. Ni un solo set en contra en todo el torneo es un dato impresionante; pero lo que marcó realmente la quincena de París fue la final. Un Roger Federer humillado, impotente y barrido por un Nadal cuya victoria tuvo dos claves: el mal juego del suizo y el haber cometido tan sólo ¡7 errores no forzados! en todo el partido. Increíble.

Algo hubo al final que quizá llamó más la atención que el propio resultado. No hubo lanzamiento de Nadal a la tiera, no hubo “croqueta”, no hubo puño al aire. Rafa Nadal, que es un verdadero ejemplo de educación dentro y fuera de la pista, vio a su amigo humillado, triste y deshecho y pensó que no era momento de expresar lo que habría expresado con todo el placer a que invita el momento. Habría sido, si cabe, más humillante. Nadal, tal y como hizo el Milán aquél día de la tragedia de Biescas, se portó como un señor.

Dicen que lo importante en el Deporte es saber perder y que eso es lo difícil. Bueno, pues parece que tampoco es fácil saber ganar. Los que vienen detrás deben saber que la humildad es la base de toda progresión deportiva y que en la victoria hay que ser como el Milán o como Nadal. O sea, un señor.



JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis
11 de Junio de 2008
Publicado en Diario de Noticias (15.JUN.2008)