martes, 21 de octubre de 2008

FOROFADA

Decía Manolo Arcelus que en Pamplona no había afición al balonmano, que lo que había era forofada. Eran los años setenta y la gente se moría por ir al Anaita o al Ruiz de Alda a ver balonmano de División de Honor. San Antonio y Anaitasuna hacían de Pamplona una ciudad deportivamente atípica, con dos equipos en la máxima categoría del balonmano y unos entradones de órdago en los dos pabellones los domingos por la mañana. Y el bueno de Manolo se desesperaba porque él, que era entrenador de balonmano, veía que mucha gente se lanzaba a vibrar por uno o por otro, pero que a la hora de la verdad, a la hora de ponerse de corto y entrenar, se quedaba solo.

Ya finalizó el Masters Series de Madrid, el torneo con más nivel de los que se celebran en España, con un montaje espectacular y con los mejores artistas del mundo sobre la pista. Se ha visto un gran tenis, como no podía ser menos, y la gente ha disfrutado. Pero, como en todo, este gran torneo tiene sus luces y sus sombras. Las luces ya las conocemos todos porque son evidentes. Y las sombras, que son auténticos nubarrones, también. En Madrid hay forofada; ni más ni menos. Quien vaya a tan especial evento podrá darse cuenta de que la puesta en escena es maravillosa… cuando juega Nadal. El efecto arrastre de este jugador es impresionante y consigue llenar la pista. Fuera de esto, todo cambia. Hasta que no juega Nadal los palcos están vacíos, no hay glamour, no están Aznar-Botella, ni el presidente Calderón, ni los futbolistas del Real Madrid, ni Rajoy, ni los yuppies más yuppies de la capital. Ni siquiera están las recogepelotas tan monas que salen en la tele con el Boss en la mejor zona de la camiseta. Y es que todo está preparado para que gane el español y que todos los “entendidos” vibren en lo que se ha convertido, y no nos engañemos, en un acto social como otro cualquiera. Lo que realmente es grave (y esto no es más que una opinión) es que en un torneo de tenis lo más importante no sea el tenis.

El razonamiento de Manolo Arcelus en la Pamplona de los setenta es extrapolable al Madrid de 2008. Lo importante del deporte es el deporte en sí. Parece mentira que esta verdad de Perogrullo haya que recordársela a gente tan importante, distinguida e inteligente (¿) como la que ocupa los palcos VIP. Arcelus tenía razón; no es afición, es forofada.



JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis
21 de Octubre de 2008
Publicado en Diario de Noticias (24.OCT.2008)