jueves, 11 de abril de 2013

RECOGEPELOTAS



Ser recogepelotas, aunque sea en un torneo de cadetes en un club de tenis cualquiera, es vivir algo inolvidable. Al menos así lo dicen los niños y niñas que tienen la suerte de vivir esa experiencia. Los padres lo corroboran y babean mientras los hijos corren a buscar las pelotas de sus ídolos. Hace cuarenta años era un trabajo casi humillante, patrimonio de familias humildes que enviaban a sus hijos a ganar algo de dinero a los clubs de los ricos. Ahora todo ha cambiado; en los clubs se recoge sus pelotas cada uno (entiéndase la expresión, no se puede decir de muchas formas) y, cuando llega un gran evento, niños, niñas, padres y madres se dan codazos por llegar a tiempo para lograr una plaza de recogepelotas. La ilusión es tremenda y la verdad es que merece la pena fijarse en cómo disfrutan los críos, ejerciendo su protagonismo, junto a los protagonistas de la competición: los jugadores. Es, de verdad, una de las estampas más bellas de cualquier campeonato.

Ya ha comenzado el Master 1000 de Madrid. Y ha comenzado con un ¡casting de recogepelotas! Lo que oye. En un acto perfectamente publicitado y lanzado a los cuatro vientos, 47 modelos (chicos y chicas) han optado a las plazas ofertadas. Eso sí, harán de recogepelotas sólo en los partidos importantes, o sea, en los que juegan los mejores y en los que llenan los palcos personajes como Cristinano Ronaldo, Ana Botella, la Obregón, algún cantante de moda y toda la derechona madrileña.

En el casting, la presentadora ya advirtió nada más comenzar que 160 niños disfrutarán haciendo de recogepelotas en el torneo. Pues eso, que lo que les sobre a los modelos y a las modelas, se lo comerán los críos de la ilusión tremenda, esos niños y niñas que van a trabajar a diario, pero que no van a ver colmadas sus aspiraciones de recogerle las pelotas a Nadal (tampoco se puede decir de muchas formas) con la televisión en directo, y con la alcaldesa y los famosos en el palco. Eso está reservado para la gente guapa con prietos pectorales y duros abdominales que progrese adecuadamente en el casting, cuyo sponsor, por cierto, es Mango; algo que, no lo dudemos, es casual.

El Madrid Open siempre ha pecado de ser sumiso al famoseo. Quizá es que en Madrid no atrae el tenis como en otras ciudades y hay que poner estímulos tan insustanciales como la gomina de Cristiano para que la gente acuda a las pistas y se fije en esas banalidades, mientras Djokovic pega raquetazos magistrales a diestro y siniestro y haya gente que ni se entera.

Los que acudan a la Caja Mágica van a disfrutar porque el espectáculo deportivo es impresionante. Casi único. Como única va a ser la imagen de esos cuerpazos recogiendo las pelotas a los mejores del mundo, aunque no encuentren explicación aquellas familias humildes que enviaban a sus hijos a ganar algo de dinero a los clubs de los ricos.



JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis
11 de Abril de 2013

Publicado en Diario de Noticias (23.ABR.2013)