miércoles, 26 de enero de 2005

CRISTINA

Para un aficionado se hace extraño leer lo que se dice desde un Grand Slam y no encontrar a Cristina Torrens por ningún lado. Cristina se ha ido sin hacer ruido, después de quince años de profesional del Tenis, con un historial espléndido y con un trabajo y un sacrificio acumulados que sólo ella y sus allegados conocen.

Tardó seis largos años en meterse allá en donde todos y todas quieren estar algún día, el Top-100. Las cien primeras jugadoras de la clasificación WTA tienen plaza asegurada en los grandes torneos, que son los que, lógicamente, más puntos y más dólares dan y los que crean un poso especial en el profesional. Y cuando llegó el gran momento, el Open de Australia del 96, se propuso no abandonar el proyecto por nada del mundo y consiguió jugar ¡30 Gran Slam! consecutivos. Casi nada.

La carrera de Cristina ha tenido unas características, si cabe, especiales. Por un lado, tuvo una importante beca a los trece años, algo que marca el lanzamiento de un deportista; unos padres normales, algo anormal en el mundo del Tenis; un mínimo apoyo mediático, algo normal en el Deporte femenino, y un empeño infinito en colocarse entre las mejores, algo que le ha hecho conseguir lo que ha conseguido.

Cristina, que llegó a colocarse a final de 2001 en el puesto 32 del ranking mundial (hoy, por ejemplo, sería la mejor clasificada de las españolas), ha conocido la evolución más importante del tenis femenino en los ciento y pico años de la historia de este deporte. Durante su carrera profesional ha visto cómo se ha pasado del tenis de libro, ese tenis femenino lento, táctico y muchas veces aburrido, a un tenis totalmente evolucionado que se basa en pegar palos a todo lo que vuela. Desde Martina Navaratilova hasta las Williams y las rusas, pasando por Mónica Seles, Hingis, Hennin, Capriati y Davenport, Cristina ha sido testigo de esta extraña mutación que ha convertido un espectáculo muy a menudo tedioso en eso, en un espectáculo. Y ella en medio.

Llegan malas noticias de Australia. Todas las españolas eliminadas en primera ronda, algo que huele a fracaso y que lo es. La comodidad de tener a Arantxa y Conchita ahí arriba se acabó. El nuevo Presidente de la Federación Española no lo tiene fácil. Pero tampoco lo tuvo fácil Cristina y a base de trabajar y renunciar a muchas cosas consiguió sus objetivos. Ahora, los directivos a trabajar y Cristina a descansar. Bienvenida al mundo de los mortales.


Josemari Sexmilo
Entrenador Nacional de Tenis
Publicado en Diario de Noticias (26.ENE.2005)