jueves, 3 de diciembre de 2009

POULIDOR

Es cierto que en este mundo injusto, el subcampeón no pasa a la historia. Dicho de otra forma, del segundo no se acuerda nadie, exceptuando al ciclista Poulidor, que estuvo tantas veces en segundo plano (tres veces fue segundo en el Tour y cinco veces tercero) que, de alguna manera, inspiró ternura en los humanos y, por unos años, fue admirado a pesar de no ser número uno. Pero no deja de ser una excepción. Y es que hay que valer para ganar en el último suspiro de cualquier competición, en ese momento en el que tiemblan las piernas, el pulso y hasta las uñas.

España tiene desde hoy la oportunidad de pasar, una vez más a la historia. Hay varios aspectos importantes que van a influir en el resultado final:

1. La importancia de la superficie: Que la tierra batida es la preferida de los españoles es un secreto a voces. Los dos posibles titulares checos, Stepanek y Berdych, son jugadores de pista rápida y grandes sacadores. Sin duda, una ventaja para España.
2. La importancia de jugar en casa. Algo fundamental. Con el Palau Sant Jordi lleno a reventar, toda la influencia que el público pueda tener sobre los jugadores de Albert Costa va a ser en clave positiva. Otra indudable ventaja.
3. La importancia del doble. El partido del sábado, el de dobles, es sólo un punto, pero ese sólo puede ser lo que defina el resultado. Aunque es de Perogrullo decirlo, un 3-2 a favor puede convertirse en un 2-3 sólo por el doble. Los checos han ganado sus dobles contra Francia, Argentina y Croatia, perdiendo únicamente un set en su debut. España perdió ese punto contra Serbia en primera ronda y ganó contra Alemania e Israel en las otras dos. En este aspecto, parece que no hay ventaja para nadie.
4. La importancia del estado de Nadal. Si Rafa Nadal funciona, todo irá bien. En competición de equipos, el hecho de que el líder gane su punto y transmita confianza y seguridad, anímicamente es mucho. Los que tenemos muchos años podemos recordar el liderazgo total de Manolo Santana en los 60. De cualquier forma, esto es la teoría porque en la práctica vimos, por ejemplo, el año pasado cómo sin Nadal, ni liderazgo, ni tan siquiera presencia, se ganó la final en Mar del Plata, en una cancha casi imposible.

El equipo español tiene casi todo a favor para ganar su cuarta Copa Davis. Si a Nadal, Ferrer, López, Verdasco y Ferrero no les tiembla nada de nada, lo lógico es que España suba a lo más alto; pero que nadie se confíe, que las finales son muy peligrosas, que dan la vuelta y luego es imposible rebobinar la película. Y si no, que se lo digan a Poulidor.


JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis
3 de Diciembre de 2009