miércoles, 26 de noviembre de 2008

REZAR

En aquellos tiempos de colegios de curas, histerismos religiosos y amenazas de ir directos al fuego eterno por cualquier cosa, a nadie se le habría ocurrido que algún día utilizaríamos la expresión aquella de Serrat “cuando de nada nos sirve rezar” que decía el catalán en Cantares. Y al cabo de los años parece que no es pecado, ni siquiera de mal gusto, porque la verdad es que hay ocasiones en las que ni el de arriba nos puede salvar de la quem a.

España ha ganado la Copa Davis cuando, aparentemente, de nada nos servía rezar. Claro que había gente que pensaba en el triunfo, pero seguramente son gente que confunden el patriotismo con la realidad. También hay gente que se jugaría un Barça-Oberena a 2 fijo. Contando con que la situación era la que era, el éxito estaba muy lejos; era un éxito casi, casi inalcanzable.

Los problemas objetivos que el equipo nacional debía afrontar eran muy concretos.

• Jugar en Argentin a. Es complicado jugar ante un público tan caliente como el argentino. No vamos a decir que es el más antideportivo porque ya vimos la actitud del público de Las Ventas en la semifinal contra Estados Unidos.
• La ausencia de Nadal.
• La superficie. El cuento de nunca acabar. La ITF admite cambios de superficie hasta 15 días antes de la eliminatoria. Elige el que juega en casa y escoge, lógicamente, la que más daño hace a las características del contrario. Es como si en fútbol, quien juega en casa pudiera ensanchar o encoger las porterías.
• Nalbandián. El argentino es un jugador que, por su nivel y su mentalidad, no podía fallar ante su público en una final de Copa Davis.
• Del Potro. El jugador que había llegado más en forma al final de temporada (pasó este año del nº 81 ATP al 8). No podía fallar y más teniendo en cuenta la superficie en que se jugaba y sus 198 centímetros de altura.
• La baja forma de David Ferrer. Había acabado el Circuito muy justo de fuerzas.
• Las siempre inexplicables e inexplicadas ausencias de jugadores con mucho peso y experiencia como Robredo, Moyá o Ferrer.

Pues no se sabe si por rezar o por qué, el caso es que el milagro se produjo. Y si así fue el desenlace, casi todo se debió al partidazo de Feliciano López contra Del Potro, acompañado de la suerte de la lesión del argentino. Si España se hubiera colocado 2-0 en contra el viernes, la remontada habría sido imposible y los argentinos habrían tenido tres oportunidades históricas para hacerse con la Ensalader a. Así pues, la clave estuvo en el punto que consiguió el madrileño, ni más ni menos.

Serrat se equivocó. Más de uno de esos forofos de bandera y gorra estuvieron rezando a todas horas para colaborar decisivamente en la victoria y se produjo el milagro. Para que luego digan…


JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis
26 de Noviembre de 2008
Publicado en Diario de Noticias (27.NOV.2008)
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REZAR

En aquellos tiempos de colegios de curas, histerismos religiosos y amenazas de ir directos al fuego eterno por cualquier cosa, a nadie se le habría ocurrido que algún día utilizaríamos la expresión aquella de Serrat “cuando de nada nos sirve rezar” que decía el catalán en Cantares. Y al cabo de los años parece que no es pecado, ni siquiera de mal gusto, porque la verdad es que hay ocasiones en las que ni el de arriba nos puede salvar de la quem a.

España ha ganado la Copa Davis cuando, aparentemente, de nada nos servía rezar. Claro que había gente que pensaba en el triunfo, pero seguramente son gente que confunden el patriotismo con la realidad. También hay gente que se jugaría un Barça-Oberena a 2 fijo. Contando con que la situación era la que era, el éxito estaba muy lejos; era un éxito casi, casi inalcanzable.

Los problemas objetivos que el equipo nacional debía afrontar eran muy concretos.

• Jugar en Argentin a. Es complicado jugar ante un público tan caliente como el argentino. No vamos a decir que es el más antideportivo porque ya vimos la actitud del público de Las Ventas en la semifinal contra Estados Unidos.
• La ausencia de Nadal.
• La superficie. El cuento de nunca acabar. La ITF admite cambios de superficie hasta 15 días antes de la eliminatori a. Elige el que juega en casa y escoge, lógicamente, la que más daño hace a las características del contrario. Es como si en fútbol, quien juega en casa pudiera ensanchar o encoger las porterías.
• Nalbandián. El argentino es un jugador que, por su nivel y su mentalidad, no podía fallar ante su público en una final de Copa Davis.
• Del Potro. El jugador que había llegado más en forma al final de temporada (pasó este año del nº 81 ATP al 8). No podía fallar y más teniendo en cuenta la superficie en que se jugaba y sus 198 centímetros de altur a.
• La baja forma de David Ferrer. Había acabado el Circuito muy justo de fuerzas.
• Las siempre inexplicables e inexplicadas ausencias de jugadores con mucho peso y experiencia como Robredo, Moyá o Ferrer.

Pues no se sabe si por rezar o por qué, el caso es que el milagro se produjo. Y si así fue el desenlace, casi todo se debió al partidazo de Feliciano López contra Del Potro, acompañado de la suerte de la lesión del argentino. Si España se hubiera colocado 2-0 en contra el viernes, la remontada habría sido imposible y los argentinos habrían tenido tres oportunidades históricas para hacerse con la Ensalader a. Así pues, la clave estuvo en el punto que consiguió el madrileño, ni más ni menos.

Serrat se equivocó. Más de uno de esos forofos de bandera y gorra estuvieron rezando a todas horas para colaborar decisivamente en la victoria y se produjo el milagro. Para que luego digan…


JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis
26 de Noviembre de 2008
Publicado en Diario de Noticias (27.NOV.2008)
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