domingo, 28 de agosto de 2005

EDUARDO

No es fácil entrar en la historia. Para aparecer en los anales de cualquier actividad hay que ser distinto a los demás, destacar en un ámbito concreto y tener ese algo especial que define a los campeones. La carrera de los que llegan ahí arriba depende de muchos factores difíciles de controlar. Salvo la técnica, que es algo sin lo que no se puede aspirar prácticamente a nada, los parámetros en los que se mueve un deportista son relativos. No es imprescindible tener una perfecta condición física, pero hay que saber manejar los tiempos para que el organismo responda. No es imprescindible tener la cabeza perfectamente amueblada, pero hay que saber tomar en cada momento la mejor decisión. No es imprescindible la suerte, pero hay que tenerla. Lo que está claro es que el hecho de mantener estos factores a un nivel relativamente alto, hace que el atleta destaque por encima de los demás. Consiste en no sobresalir por nada especial pero no tener carencias.

Eduardo Sanz, aún estando en activo, hace tiempo que pasó a la historia del deporte navarro con sobresaliente. Este personaje, díscolo en la pista y excelente persona fuera de ella, avaro como el que más a la hora de regalar nada en la cancha y generoso cuando se viste de calle, enemigo patológico a la hora de ganar o perder y el más amigo de sus amigos cuando no hay nada en juego, ha ganado su décimo primer título de campeón navarro. Es el tenista más laureado de largo. Además, sus años victoriosos no han tenido ningún bache, o sea, de once, once.

Dicen que a finales de los ochenta y principios de los noventa, los pelotaris profesionales miraban de reojo a Julián Retegi para adivinar algún gesto de retirada y que les dejara a todos de una vez en paz. El gran Retegui ganó once txapelas y en catorce años no dejó de estar nunca en la final. Una pesadilla. Ese reojo pelotazal se da, desde hace años, en el tenis navarro. Y no hay manera... Eduardo suma y sigue. Y no aparece el gesto por ninguna parte.



JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis
28.AGO.2005
Publicado en Diario de Noticias (29.AGO.2005)

domingo, 14 de agosto de 2005

EL NIVEL

Sabe cual es su nivel de Tenis? Quiere explicarle a su amigo cómo juega usted y con quién puede jugar y con quién no? Pues mire, en este deporte, lo único que se puede hacer para despejar estas dudas es ponerse delante del otro y empezar a dar raquetazos. Así demostrará usted lo que es capaz de hacer. Con palabras no se puede llegar a ninguna conclusión. Que uno sepa, tan sólo el golf tiene un sistema de clasificación capaz de indicar con uno o dos dígitos el nivel de un jugador en cualquier sitio del mundo.

Si usted se lanza a comprarse una raqueta y a empezar a jugar en su club, verá esto cada vez más claro. Si un día le ponen delante a Eduardo Sanz, campeón navarro durante una década, pensará que el nivel de este monstruo es inalcanzable. Pues bien, el otro día, en el Open de Amaya, un negrito de Togo, apellidado Loglo, le sacó de la pista a sartenazos. Y este jugador, obligado a jugar la fase previa por su bajo nivel, perdió dos rondas más tarde contra un español llamado De la Nava. Y no llegó ni a primera ronda del cuadro final.

En el cuadro grande aparecía, por ejemplo, Javier Genaro, jugador infinitamente mejor que el negrito del principio. Pues este tal Genaro es quien perdió hace días la final del campeonato de España absoluto contra Fernando Verdasco en poco más de tres cuartos de hora (6-1 6-1). Un desnivel tremendo. Bueno, pues si enfrentamos hoy a Verdasco con Nadal o Federer, podremos comprobar que también son niveles distintos.

En Amaya se ha visto un gran nivel y un gran desnivel. En lo que respecta a los jugadores de casa, la conclusión es clara y contundente: mientras el nuestro se levanta a las 7.00 para ir a estudiar o trabajar y, cuando puede, entrena una hora, el otro se levanta más tarde, lleva una dieta concreta, mide su tiempo de entrenamiento en pista (dos, tres, cuatro horas diarias), tiene su sesión de preparación física, su sponsor, a veces su psicólogo y, en fin, todos los medios para lanzarse a triunfar, si bien es justo decir que todos estos medios no garantizan el éxito. Y así no se puede comparar a los jugadores. Podríamos compararlos poniéndoles a todos los mismos medios y circunstancias, pero, afortunadamente, cada uno elige su forma de vida y es responsable de ello.

Y aunque haya que agradecer a la C.D. Amaya el que nos haya acercado este nivel tan alto, uno piensa que no está tan mal eso de levantarse a las 7.00 para ir a estudiar o trabajar.


JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis.
14.AGO.2005
Publicado en Diario de Noticias (16.AGO.2005)

lunes, 1 de agosto de 2005

EL ATP DE AMAYA

Los grandes eventos deportivos son cada vez más difíciles de organizar. El rigor del ente controlador a nivel internacional, las normas técnicas y las medidas para que el deportista, el árbitro y el espectador se sientan bien y no echen en falta nada durante el espectáculo, parece algo inalcanzable. Pero como la ilusión puede con todo, la fe mueve montañas, querer es poder y todo eso, pues, al final y mediando un agotamiento bárbaro, todo sale como debe salir, o sea, bien.

Realmente hay que tener valor para meterse donde se han metido. Organizar un torneo del ATP Tour no es algo a lo que se atreva cualquiera, Quien vaya estos días a la Ciudad Deportiva Amaya para disfrutar del tenis que nos trae esta gente, va a ver únicamente la carcasa, lo de fuera, lo bonito, vamos, lo que se ve. Detrás de todo esto queda un montón de trabajo y muchas personas que, desinteresadamente, han colaborado y colaboran para que cada cosa aparezca en su sitio y en el momento oportuno. Organizar no es recibir a la gente, dejarla en el hotel y hacerles jugar al día siguiente. Organizar es eso y contratar, gestionar, pagar, cobrar, llevar, firmar, traer, pedir, hablar, sufrir, disfrutar, colocar, citar, ayudar, llamar, recibir y un sinfín de labores que, si se logra llevar a cabo con una sonrisa en la boca, se convierte, por lo general, en éxito rotundo.

En Amaya, David Zabalza y su equipo tienen todo atado. El trabajo que comenzó hace tantos meses está tocando a su fin. Tan sólo queda abrir el escenario y hacer trabajar a los actores. Y al público, al imprescindible público, le queda disfrutar de algo que nunca hemos visto en esta plaza. Por todo ello, es importantísimo, al margen del reconocimiento a los mejores saques, smashes, globos o passings, el aplauso a quienes han hecho posible semejante evento, por su bien hacer, pero, sobre todo, por su generosidad.


JOSEMARI SEXMILO
01.AGO.2005
Publicado en Diario de Noticias. 05.AGO.2005