domingo, 11 de junio de 2006

EL COLA-CAO

Uno no sabe por qué los deportistas son tan diferentes. Con Rafa Nadal cualquiera puede vibrar porque contagia una alegría propia de quien está disfrutando haciendo lo que le gusta. Con Roger Federer se puede disfrutar, pero no vibrar. La cara de jaqueca que exhibe el suizo da ganas de preguntarle si realmente le gusta o no lo que hace. Nadal salta, levanta los puños, sonríe, grita. Federer, sin duda el mejor tenista del planeta, junta las dos cejas con la punta de la nariz y el labio superior en una expresión que aquí llamamos “de oler a meao” y esconde perfectamente lo que siente. Es de esos jugadores de los que nunca sabes si van ganando o perdiendo. Alguna diferencia ha tenido que haber en la formación de estos dos jóvenes. ¿Será el Cola-Cao?

Nadal ha ganado en París cambiando en algo su patrón de juego. Ya no depende tanto de su físico y no se empacha de correr. Salvo el partido contra Mathieu, con cinco horas para cuatro sets, no ha tenido un torneo especialmente duro. Ahora Rafa tiene mejor saque que el año pasado y eso cambia mucho la forma de jugar de un tenista, a parte del efecto mental que conlleva. Y, además, tiene una derecha que rompe la pelota. Actualmente su derecha es capaz de ganar puntos directos, tanto cuando juega paralelo como cuando abre ángulo sobre la diagonal de la pista. Ese es el cambio y ese es el futuro de este fenómeno. El domingo hubo momentos (especialmente el tercer set y parte del cuarto) en los que hizo un tenis más agresivo de lo habitual y se acercó un poco más al tenis que se lleva.

Sus entrenadores han trabajado duro. Le han hecho unos cambios pequeños pero fundamentales, tan fundamentales que, entre todos, se han cargado a un Federer que se había preparado para afrontar con garantías la tierra de París. Y es que el trabajo suele acabar en éxito. El trabajo y, quizá, también el Cola-Cao.



JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis
11 de Junio de 2006
Publicado en Diario de Noticias (13.JUN.2006)