domingo, 5 de junio de 2005

GRANDE

Los Grandes del Tenis se diferencian de los demás por haber ganado, al menos una vez en la vida, un torneo del Grand Slam. Quien gana Wimbledon, Roland Garros, US Open o Australia, pasa directamente a la historia. Es como los escritores que ganan un gran premio y se inflan de vender y de sacar ediciones. Pues aquí, en el Tenis, es parecido; los accesit no valen. O todo o nada. La historia nunca reconocerá aquella victoria moral o aquel parón por la lluvia que tanto perjudicó a Fulano. La historia es seria y cruel a la vez. Sólo habla de los que ganan.

Rafa Nadal ha entrado en el mundo de los Grandes por la puerta principal y, como los más grandes, muy temprano. La leyenda de Borg, Wilander o Chang se repite y, de paso, garantiza un excelente futuro; o sea, que lo de ganar un Grand Slam en ningún caso es flor de un día. No en vano, quien gana un año tiene su sitio de por vida en el protocolo del Torneo.

Roland Garros 2005 ha aportado algunas peculiaridades técnicas. Y cuando se trata de técnica hay que pensar en los que empiezan, en los más pequeños, y sacar conclusiones para que se extraiga lo mejor y luego se pueda aplicar. Por ejemplo, habría que decir a padres y entrenadores que hagan mirar al niño hacia otro lado cuando saca Mariano Puerta, que así, técnicamente hablando, sólo saca él y algunos domingueros. Que miren y remiren a Federer, un hombre-método, un jugador que es una constante lección de cómo y con qué elegancia se deben ejecutar los gestos deportivos en una disciplina tan complicada como el Tenis. Y que se fijen en el campeón 2005, un tipo que con “sólo” una gran derecha y un cerebro así de grande ha puesto patas arriba el torneo más importante, para algunos, del mundo.

Quienes han llegado a la categoría de Grande tienen unas características especiales, pero hay dos que son, sin duda, básicas. Las ganas de triunfar es la primera y Nadal, aunque diga que sólo quiere disfrutar, tiene su sueño en lo más alto del podium. La otra es la humildad, esa virtud que no se prodiga demasiado en el mundo del Deporte de élite y que es algo fundamental. Parece ser que Nadal la tiene por toneladas. De hecho, al acabar su semifinal con Federer, reconoció que el suizo seguía siendo el mejor. Chapeau.



Josemari Sexmilo
5 de Junio de 2005
Publicado en Diario de Noticias el 6.JUN.2005

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