viernes, 24 de marzo de 2006

AL FIN, LA TECNOLOGÍA

En una tertulia futbolera comentaba muy convencido un aficionado que es bueno para el fútbol que haya fallos arbitrales, porque así se habla más de fútbol y se venden más periódicos y la gente se excita más y todo eso. Y otro contertulio, con buen criterio, le contestaba que aquello era una burrada; que de fútbol se debe hablar porque es un deporte en donde deben imperar otros valores; y que si a otros ámbitos se llevara esa teoría, se podría pensar que, por ejemplo, si los jueces de los Tribunales de Justicia fueran necios o torpes, se hablaría más de violaciones, asesinatos y atracos y se venderían, seguramente, más periódicos, pero que eso no es bueno ni para la Judicatura ni para la sociedad. Por eso, uno piensa que en cualquier ámbito y, por supuesto, en el deporte, debe triunfar lo que es justo. Los reglamentos y los jueces deportivos deben hacer lo posible por que consiga la victoria el que mejor juegue el día de la competición y no aquél que tenga más suerte con un árbitro desacertado.

El tenis ha apostado por la tecnología. La utilización de ocho cámaras en pista va a hacer prácticamente imposible que un jugador se beneficie del árbitro cegato o malintencionado. Esta red de cámaras conectadas a un ordenador central y a una serie de pantallas (Hawk-Eye-Ojo de Halcón), con imágenes en tres dimensiones, va a ser un elemento de consulta definitivo. Los jugadores podrán reclamar hasta dos veces por set y no se considerará reclamación cuando el ordenador le dé la razón al reclamante. Es una forma de avanzar utilizando la tecnología que ya existe y que se ha creado para eso, para utilizarla.

Y, como es típico en estas situaciones novedosas, se ha desatado la polémica y, por ejemplo, mientras el polémico John Mac Enroe salta de alegría por tan importante avance, Marat Safin ha declarado, más o menos, que quien ha impuesto el sistema es un estúpido, basando su fascinante teoría en que se va a perder mucho tiempo. Casualmete, el ruso es uno de los jugadores que más tiempo pierden reclamando y gritando al juez de silla. Y, además, habrá que ver en vivo y en directo si el proceso es lento o rápido antes de juzgar. Lo único que está claro es que será más justo.

Después del tenis, sería bueno que siguiera la estela tecnológica el fútbol, que es el deporte que crea más polémica y que más seguidores arrastra. Pero parece ser que los viejecitos de la FIFA no están por la labor y prefieren un espectáculo (que no deporte) que haga de los estadios recintos no recomendables para la educación de nuestros menores, donde encorbatados de entre semana gritan, insultan y pierden el respeto con una facilidad asombrosa.

Y todo por no utilizar la tecnología.


JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis
24 de Marzo de 2006
Publicado en diario de Noticias (27.MAR.2006)

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