sábado, 29 de julio de 2006

LA COMPETICIÓN

No cabe duda de que la competición es la salsa del deporte. Sin nada que contar, sin nada que medir, sin nada que cronometrar, no hay deporte. El ser humano, por su naturaleza, debe compararse con el resto en una carrera, a veces encarnizada, a veces puramente lúdica, que al final dice quién supera a quién. Y es que hasta el menos competitivo de los mortales acaba compitiendo, a su nivel y a su manera, contra su amigo, contra su enemigo, contra su vecino o contra sí mismo.

Corren malos tiempos para la competición en deportes individuales. Parece ser que ahora la gente es menos competitiva que hace diez años. Pero ¿qué ha cambiado en tan poco tiempo? El desparpajo que había antes a la hora de inscribirse en las competiciones se ha extinguido. Sin ir más lejos, en el mundo del tenis, hemos pasado de cuadros de ochenta o noventa jugadores (categorías infantiles y cadetes) a torneos de quince o veinte. Y eso, teniendo en cuenta que las Escuelas tienen cada vez más alumnos y jugadores, es grave. Además, hay que decir que esto no pasa sólo en Navarra; actualmente es un problema a nivel nacional e internacional.

Los deportes individuales que se juegan por sistema de eliminatorias tienen el gran problema de que, a las primeras de cambio, o sea, en la primera jornada, la mitad de los jugadores se va a la calle. Eso es realmente una lacra para aquel jugador que no destaca y que, por lo tanto, resume sus competiciones en un partido por cada campeonato, con la carga de los gastos e incomodidades del desplazamiento, pago de la inscripción y manutención. Pero eso también era así hace diez, quince y veinte años, y sin embargo había una participación enorme.

Está claro que el deporte ya no va a cambiar a la sociedad, por lo que los responsables del deporte deberán ponerse a trabajar para adaptar el deporte a los cambios de hábitos y formas de vivir y pensar actuales. No hay otra solución. Y quizá la clave esté en no hacer un deporte tan competitivo y tirar más hacia lo recreativo y así dejar de sufrir cada vez que se pisa una cancha. Porque la competición es formativa y divertida para muchos, sobre todo para los triunfadores, pero puede convertirse en algo odioso, angustioso y repugnante para muchos más, los perdedores.



JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de tenis
29 de Julio de 2006
Publicado en Diario de Noticias (1.AGO.2006)

No hay comentarios:

Publicar un comentario