sábado, 28 de julio de 2012

TIERRA AZUL



En Madrid no hay demasiada afición al tenis. Desde hace muchos años han querido tener un gran torneo y todos han fracasado. En el Club de Campo, en Chamartín, masculino o femenino, la verdad es que no ha enganchado ninguno de los torneos que han intentado convertir a Madrid en una Ciudad de Tenis, como es Barcelona. Hay que ceñirse a lo que se tiene y la verdad es que el tenis nunca ha triunfado completamente en la capital.

Madrid tuvo la suerte de cruzarse en su camino con Ion Tiriac, el ex jugador rumano (compañero del mítico Ilie Nastase) que había acabado mal con los alemanes de Stuttgart y tenía en propiedad un torneo enorme para vender al mejor postor. Madrid apostó todo y pactó con el rumano la organización del torneo, aún a sabiendas de que en la capital el tenis no tenía el tirón suficiente.

El mejor torneo de España ha tenido que tirar de efectos especiales para atraer a la gente y a las cámaras. Empezaron con las escotadas recogepelotas, unas chicas, como dicen las abuelas, con todo en su sitio. Esto ya creó la primera polémica, pero ya se hablaba de Madrid. Luego pusieron en práctica un formato de horarios propios de un cine de pueblo (sesiones de mediodía y noche). Después hicieron desfilar por sus palcos (vacíos y desaprovechados salvo cuando jugaba Nadal) a las vedettes del Real Madrid acompañadas, cómo no, de toda la clase política madrileña y todo el famoseo nacional en busca de la foto. Y se seguía hablando de Madrid.

Ahora han dado el paso de la tierra azul, un invento extraño que va a perjudicar la imagen del torneo y, lo que es más grave, la de la ATP. No se debe hacer un experimento en un Master 1000 (uno de los 9 torneos más importantes del Circuito) para que se siga hablando de Madrid. Estas cosas hay que experimentarlas en la base (torneos juveniles y Futures ITF) para ver cómo responden pista y jugador; y si todo va bien, se traspasa al nivel en donde la gente se juega la vida. Y para los que tengan dudas, que sepan que lo de Nadal y Djokocic no es una pataleta ni nada parecido; es, simplemente, la verdad. No se puede colocar un torneo obligatorio para los jugadores, a las puertas de Roland Garros, en una superficie que no tiene nada que ver con la de París, que es más rápida, que proporciona menos estabilidad y a 650 metros de altitud. Y es que Nadal y Djokovic tienen un juego basado , en parte, en la fuerza de sus apoyos, algo que no facilita en absoluto la superficie pitufa. Y se quejan con razón.

Dice Tiriac que en 2013 volverá con la tierra azul y que le importa un pito lo que digan los mejores. Bueno, pues si es así y los técnicos no varían el comportamiento de este tipo de tierra, el torneo se quedará cojo. Pero se seguirá hablando de Madrid.


JOSEMARI SEXMILO
Entrenador Nacional de Tenis
16 de Mayo de 2012
Publicado en Diario de Noticias (19.MAY.2012)











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